“¿Qué hacer con tanta información?” La importancia de una preparación ajedrecística sólida.
Seguramente uno de los frívolos paradigmas que más desconciertan acerca del ajedrez, sea el de que se trata de «mucha información que memorizar». Preconcepto que no a pocas personas podría desanimar si lo que quieren es conocer un modo saludable para desarrollar su creatividad y flexibilidad de pensamiento.
Cosa que, por muy ‘evidente’ que suene, no es cierta.
¿Cómo, pues, los jugadores fuertes podrían hacer sus movimientos a ritmos de juego veloces, en los que tienen muy poco tiempo para pensar, y mucho menos para exprimir de su memoria los raudales infinitos de patrones y posiciones que hayan estudiado al momento?
Con frecuencia parece incluso que ni si quiera pensaran para hacer sus jugadas.
Y me refiero a buenas jugadas.
Tal destreza intuitiva para fluir con la táctica y la estrategia del juego debe surgir de algo más que una memorización mecánica de variantes, esquemas o reglas…
Musashi Miyamoto
Lo que sí es verdad es que el ajedrez se trata de mucha información que procesar… y en este sentido, es prudente considerar que la diferencia entre memorizar y procesar información del juego está en el dominio sensible de sus rudimentos.
En realidad, sólo unos pocos conceptos teóricos son los que han de tenerse en cuenta para entender la lógica de jugar ajedrez… Una preparación básica, en todo caso, debe consistir de:
- Técnica de análisis,
- Sistema de valoración posicional, y
- Método de cálculo
Por supuesto que dichos conceptos no pueden considerarse como alguna clase de “fórmula mágica universal” que revele todas las respuestas. El criterio del jugador es en este caso indispensable para discernir los matices que influyen más o menos en las decisiones que puedan realizarse. De manera que la mucha información no resulte abrumadora, sino inteligible de procesar racionalmente.
C.J.S. Purdy
Así pues, a medida que integramos a nuestro enfoque de pensamiento criterios lógicos y objetivos para interpretar las necesidades realistas de una u otra situación estratégica, desde sus fundamentos prácticos, el dilema de “qué hacer con tanta información” del juego será en cualquier caso más una cuestión de qué no hacer con tan poca información.
Comentarios
Publicar un comentario