¡ENTRENA COMO SI TE IMPORTARA! Aplica los 5 elementos del entrenamiento eficaz en ajedrez... No pueden faltar en tu sistema (!!!)
Con frecuencia mucho del tiempo dedicado a tratar de perfeccionar una habilidad se disipa en prácticas ambiguas que a largo plazo no tienen valor instructivo alguno. Particularmente si uno es autodidacta, principiante y no se cuenta con el apoyo de un maestro confiable que guíe su interés por desarrollar tal o cual destreza.
Todavía más en el juego de ajedrez, por ejemplo, porque no pueden obviarse la extensa variedad de matices técnicos y conceptuales involucrados, que a pesar de la sencillez de su configuración y las reglas que lo gobiernan, hacen que jugarlo sea una actividad exigente de mucha agudeza mental y pensamiento creativo, al tratarse de un vasto campo del intelecto que constituye un complejo sistema en el que convergen múltiples dimensiones técnicas, estratégicas, conceptuales, etc.
Por lo que, al aproximarse al estudio de sus detalles es posible que, cómo se dice popularmente, “los árboles no se distingan del bosque” (aunque haya quien diga que la expresión sea incorrecta, bueno, la idea es lo que cuenta…), o sea, que los abundantes principios y reglas del ajedrez pueden despistar al jugador del simple objetivo de realizar una buena jugada. Cosa que, siendo sinceros, puede ocurrir a toda persona (independientemente del nivel de experiencia que tenga), pero la preparación y claridad de pensamiento que cada uno disponga respecto al tema, con certeza reducirá la tendencia hacia cometer errores e incrementará la sensibilidad para entender las lecciones que resulten de los mismos.
Esto es así porque esta confusión no es exclusiva de los jugadores novatos. Incluso los ajedrecistas con experiencia están expuestos a esa saturación teórica que puede dificultar la toma de decisiones claras durante la partida. No obstante, una preparación sistemática y una reflexión consciente sobre el proceso de pensamiento pueden atenuar considerablemente esta tendencia, reduciendo la frecuencia de los errores y mejorando la capacidad para extraer aprendizajes valiosos a partir de ellos.
“Evitar el error es el principio y el fin de la maestría en ajedrez.”
- Eugene Znosko-Borovsky
De hecho, uno de los principios fundamentales para abordar el ajedrez, tanto como disciplina lúdica como actividad competitiva, reside en el desarrollo de la ya mencionada claridad de percepción cognitiva, también llamada objetividad, y otras cualidades psicológicas necesarias y afines con las demandas naturales del juego que contribuyen a la sutil comprensión de su enfoque técnico y matices conceptuales.
Entendida como la disposición mental para interpretar situaciones imprevistas y adoptar decisiones prácticas bajo presión, la resiliencia, en esta disciplina, por ejemplo, constituye un eje estructurante del rendimiento ajedrecístico. Así, la construcción de un pensamiento claro, flexible, deliberado y perseverante no sólo mejora la calidad de las jugadas, sino que también permite al jugador extraer sentido y aprendizaje de su experiencia sobre el tablero de diversas perspectivas que sólo la experiencia individual puede ilustrar con la mayor claridad posible, sin mejor referencia que el reflejo de sus propios resultados competitivos más recientes.
De manera que todas estas implicaciones nos pueden conducir a cuestionarnos, entonces... ¿qué factores resultan verdaderamente beneficiosos a la hora de diseñar un esquema general de entrenamiento dinámico, independiente y autodirigido, que atienda tanto a las fortalezas particulares del jugador como a la progresiva disolución de sus debilidades cognitivas, técnicas o emocionales en escenarios de la vida práctica?
Lejos de adoptar fórmulas rígidas o recetas universales, la eficacia de un programa de estudio personal requiere la integración consciente de ciertos principios metodológicos que favorezcan la comprensión activa y la mejora sostenida sobre cada aspecto técnico-conceptual del 'juego-ciencia'.
En ese sentido, resulta crucial identificar aquellos elementos esenciales cuya presencia garantiza no sólo una práctica deliberada edificante, sino también un proceso de aprendizaje sólido, autónomo y eficiente, con el objetivo de optimizar los procesos que favorecen la asimilación de esquemas didácticos productivos, y lograr el máximo desempeño en las horas dedicadas al ajedrez a partir de tal claridad de percepción planteada, cómo una meta constante del ajedrecista junto con las horas de atención que invierta en desarrollarse en este inmortal "pasatiempo", en el que el pensamiento lógico, la creatividad, y más que todo, la Ley de la Verdad, rigen sus acontecimientos.
El Proceso De Pensamiento En Ajedrez: Decodificado
Hay que reconocerlo: el ajedrez puede tener reglas muy simples, pero también puede ser muy complicado de jugar si no se aborda con una mentalidad disciplinada y entrenada para captar sus matices más sutiles. Dicha disciplina— que forma lo que conocemos como el proceso de pensamiento 'ajedrecístico'— es una mezcla sensible de habilidades cognitivas y estrategias específicas que usamos para tomar decisiones mediante el lenguaje o dialéctica del juego.
Este conocimiento no se adquiere pasivamente "por osmosis", sino que se cultiva a través del pensamiento racional inherente al ajedrez mismo, ejercitado mediante la constante práctica deliberada y un sano cuestionamiento escéptico frecuente de sus elementos.
Para resumir, este proceso mental requiere de varias herramientas: comprensión, sentido común, lógica, juicio u capacidad de valoración, intuición, decisión y concentración, entre varias otras.
Aunque de todas ellas, la lógica suele ser la más "poderosa".
La intuición y la memoria, claro que ayudan, sobre todo en partidas rápidas o situaciones familiares, pero cuando las cosas se ponen complicadas, es la lógica— junto con un enfoque metódico— la que resuelve la gran mayoría de problemas mucho mejor que basándose sólo en la inspiración o la creatividad. Y en realidad, confiar únicamente en la inspiración o la creatividad puede ser un arma de doble filo si no hay una base sólida detrás, por lo que siempre es útil y productivo establecer sus decisiones en la lógica pura sin la influencia de consideraciones efímeras cómo las preferencias de la teoría o el estado de ánimo.
¿Pero por qué es tan útil la lógica? Porque nos da una estructura clara y confiable para decidir ante cualquier situación, permitiéndonos afrontar posiciones complicadas con orden y método.
Opening Developments, M. Dvoretsky (2003). "Aquí está claro que la lógica no funciona cómo una insípida conjetura en un espacio vacío, sino que se basa en el conocimiento específico de la apertura jugada, en los métodos típicos de pensamiento y las valoraciones que uno va perfeccionando en la práctica; relacionar todo esto en una posición dada es útil para elaborar una solución correcta. Mientras se conozca más ideas, mucho más amplio es nuestro rango de lógica; más profundo y más exacto es el razonamiento."
No obstante, en la mayoría de los casos es de vital importancia también tener en cuenta en qué situaciones fiarse únicamente de procesos de estricto pensamiento lógico puede resultar desventajoso; en especial si este tiende a consumir tiempo innecesariamente, cuando puede resultar en situaciones de "parálisis por análisis", dado que su aplicación rígida podría pasar por alto ideas o movimientos ingeniosos o directamente 'no-convencionales' y potencialmente útiles en una situación heterodoxa particular, al fallar en adaptar su enfoque prontamente en casos que requieren cierto dinamismo.
Cuando es así, por ejemplo, en algunos casos los jugadores se pueden hacer predecibles, omitiendo posibles soluciones creativas que les podrían haber ofrecido mejores oportunidades de ataque o ventajas psicológicas ante su adversario.
En contraste, es en tales circunstancias que el pensamiento creativo se plantea como la contracorriente de pensamiento comparativo necesaria aquí para imbuir de sentido racional a los demás procesos técnicos del juego, proveyendo flexibilidad y perspectivas originales y sorprendentes, sobre todo en posiciones intrincadas, inciertas, o inestables. Esta relación con la creatividad se alimenta del juego dinámico, u dinamismo, donde los sacrificios audaces y las jugadas especulativas pueden hacer trizas los planes del oponente, a pesar de las valoraciones aparentemente constantes o insidiosamente "inofensivas" de cualquier posición.
La creatividad es una cualidad inigualable, además, en situaciones con presiones de tiempo, ya que las decisiones intuitivas rápidas pueden ser de mucha más ayuda y ventaja que los cálculos metódicos en situaciones así. Lo que puede aportar a su vez una considerable ventaja tanto técnica cómo psicológica ante el adversario, siempre y cuando no sea en detrimento de la calidad lógica de nuestra selección de movimientos.
En términos generales, el pensamiento ajedrecístico es un delicado equilibrio entre la LÓGICA y la CREATIVIDAD, apoyado por una buena proporción de otras habilidades individuales como las mencionadas al principio.
En términos específicos de posición de juego, por ejemplo, la lógica aporta estructura y consistencia en posiciones complicadas, mientras que la creatividad se vuelve esencial en situaciones dinámicas, al permitir superar preceptos y paradigmas mentales con el fin de encontrar soluciones o estrategias originales e inesperadas. Dominar ambas es la clave para adaptarse, sorprender y destacar sobre el tablero. Y por ello, es preciso considerar qué estructuras y aproximaciones didácticas al estudio de estos conceptos básicos se pueden abarcar en los esfuerzos individuales del jugador, específicamente aplicados en la práctica vida del ajedrez, tanto del principiante cómo intermedio u avanzado que busca desarrollar y perfeccionar una práctica verdaderamente beneficiosa en términos de desempeño saludable o competitivo.
Los 5 Elementos Del Entrenamiento Eficiente
Todo sistema independiente de entrenamiento diseñado para fortalecer el aprendizaje del juego eficazmente que la experiencia me ha provisto cómo ejemplo de las claves maestras que conducen al óptimo desempeño y entendimiento de un arte tan intelectualmente exigente como lo puede ser el juego de ajedrez debe, por naturaleza de tal actividad mentalmente demandante, contar con elementos didácticos cómo los que se argumentarán a continuación, porque cómo se comprobará en múltiples situaciones, corresponden a la vez a la esencia lúdica-científica y el carácter altamente lógico e introspectivo del ajedrez mismo, los cuales se presentan cómo desafíos de su estudio y práctica que han de ser entendidos e implementados correctamente con el propósito de que tanto el disfrute y el aprendizaje de este juego resulte de primera calidad.
En fin, lo planteado hasta aquí nos puede ayudar a ser capaces de responder a una interrogante cómo "¿Y de qué tratan esos factores que contribuyen al buen desarrollo del pensamiento lógico y creativo en esta disciplina, de manera que el entrenamiento sea siempre ilustrativo y concientizador, a través de la retroalimentación necesaria para mantener nuestras impresiones y valoraciones informadas y frescas, según el dinamismo espontáneo del juego?"
1. FUNDAMENTOS
¿Alguna vez has visto cómo se construyen los relojes? En todo aquél impecable proceso de ingeniería, los más diminutos componentes se integran de modo recíproco al mecanismo que rige la medida de los segundos, los minutos y las horas. Indudablemente, su funcionalidad se basa en la precisión y el orden con el que se aplican los principios básicos de la física dinámica y cinemática.
Comprender los fundamentos del ajedrez equivale, en muchos sentidos, a observar el ensamblaje minucioso de un reloj mecánico. En esa conjunción de piezas diminutas y delicadas —cada una con una función precisa e irrenunciable— reside la posibilidad de una medición exacta del tiempo. Lo que sostiene la utilidad de un reloj no es la belleza de sus manecillas, sino la coordinación rigurosa de los principios físicos que subyacen a su mecanismo interno.
Del mismo modo, en el estudio sistemático del ajedrez, ningún progreso real es posible sin la comprensión profunda de su arquitectura teórica básica. Esta base no se limita al conocimiento operativo de las reglas o a la memorización de líneas de apertura, sino que involucra la asimilación de los elementos estructurales del pensamiento ajedrecístico: saber cómo evaluar una posición, identificar sus características más significativas, y aplicar una lógica rigurosa al cálculo de variantes en función de objetivos concretos.
Cómo se argumentó, en el proceso de pensamiento aplicado al ajedrez, el desempeño de la técnica del jugador se relaciona con una serie de habilidades que complementan y completan la experiencia de cada practicante. En lo que concierne al soporte de comprensión, por ejemplo en este caso de los matices elementales o fundamentos de la teoría del ajedrez, son destrezas cómo la memoria y el reconocimiento de patrones las que contribuyen a que su implementación en un sistema potencial de aprendizaje ajedrecístico resulte favorable cómo parámetro que guía sus desafíos y contenidos.
Por todo esto, nos vale RECALCAR una vez más que con «teoría básica» no nos referimos al movimiento de las piezas o el conocimiento de una u otra variante de apertura, sino a los fundamentos de la lógica esencial del juego: ¿Cómo se analiza una posición, qué matices deben priorizarse para valorarla, cuál es el orden más preciso de movimientos a considerar en el cálculo de variantes según sus objetivos posicionales destacables, y en qué casos deberán renovarse dichas valoraciones analíticas a fin de adaptarlas a los cambios estratégicos del combate ajedrecístico?
Todo aprendizaje avanzado —ya sea en temas tácticos, estratégicos o psicológicos del ajedrez— se edifica sobre esta base sólida de conceptos lógicos universales inherentes al juego mismo.
Lejos de implicar una rigidez dogmática, el conocimiento de los conceptos rudimentarios del ajedrez otorga libertad: permite integrar nuevas ideas sin depender exclusivamente de la repetición mecánica o la memorización efímera. Así, el estudio consciente de los procesos básicos de análisis, valoración y toma de decisiones constituye una herramienta insustituible para adquirir una comprensión natural, autónoma y duradera del juego. Y por esto, no puede enfatizarse de más que para trabajar sistemáticamente con el ajedrez, un dominio de la teoría básica del juego es necesario, a fin de clasificar las áreas en las que se requiere mejorar y organizar los temas que se derivan de aquellas áreas.
En verdad todo el aprendizaje que se desarrolla según los más diversos conceptos tácticos y estratégicos del ajedrez, surge de haber asimilado estas cuestiones básicas de su contenido abstracto y otorgarles un significado práctico.
Pero tampoco se trata de "reinventar la rueda", claro, la idea de conocer y entender la lógica fundamental del juego es que desde allí la incorporación de varias temáticas estándar de ataque y defensa en la preparación individual resulta mucho más beneficioso a largo plazo que una memorización a corto plazo de variantes o posiciones teóricas. Así, para desarrollar una comprensión natural del ajedrez es necesario asimilar estos procesos elementales de pensamiento y ponerlos en práctica experimentando con la variedad de recursos interactivos que ofrece el juego.
En consecuencia, el entrenamiento eficaz no puede prescindir de los fundamentos. Más aún: su incorporación reflexiva, a través de la práctica deliberada y el uso de recursos interactivos, transforma la preparación ajedrecística en un ejercicio intelectual creativo, adaptable y profundamente enriquecedor.
"Ninguna fantasía, cuan rica sea, ninguna técnica, cuan magistral sea, ninguna penetración en la psicología oponente, cuan profunda sea, pueden hacer de la partida de ajedrez una obra de arte, si estas cualidades no conducen a la meta principal, la búsqueda de la verdad."
- Vasily Smyslov
2. ENFOQUE
Uno de los matices que más influyen a la hora de realizar cualquier actividad física e intelectual, es la mayor o menor aptitud para concentrar la atención durante lapsos prolongados de tiempo. Cosa que depende de los hábitos nutricionales, sociales, de higiene, de lectura, etc., pero que después de todo, constituyen nuestra claridad de enfoque para desarrollar y aplicar un conocimiento.
En el contexto específico del entrenamiento ajedrecístico, más allá de estas condiciones generales y hábitos saludables que apoyan nuestra capacidad de atención, el enfoque debe entenderse como una combinación entre flexibilidad cognitiva, objetividad analítica y sentido pragmático del aprendizaje, cuya finalidad debe guiarse por lograr, cómo se mencionó previamente, lograr el delicado equilibrio entre pensamiento lógico y creativo tanto en las horas de entrenamiento como en las de desempeño competitivo práctico. En esencia, el ENFOQUE se refiere a la capacidad individual de articular métodos de estudio eficaces con los recursos didácticos disponibles, ajustándolos a las propias características cognitivas y preferencias formativas.
Dicho de otro modo, un proceso de autoformación eficiente exige del jugador una toma de conciencia sobre su estilo de aprendizaje predominante y una selección estratégica de materiales y actividades que lo potencien, que es lo que constituye su enfoque de entrenamiento. Por ejemplo, quienes poseen una afinidad natural por el pensamiento verbal o abstracto podrían beneficiarse de profundizar en la literatura especializada sobre teoría ajedrecística. Aquellos con un perfil visual o auditivo más desarrollado tal vez encuentren mayor provecho en cursos multimedia que integren diagramas, ejemplos dinámicos y explicaciones orales. Otros, de orientación más kinestésica o interpersonal, pueden fortalecer su aprendizaje mediante el análisis colaborativo de partidas, el debate de ideas tras sesiones prácticas o la resolución activa de ejercicios con retroalimentación.
Lo esencial, en todos los casos, es el desarrollo de una metacognición lúcida: es decir, la capacidad de identificar cuáles métodos resultan más eficaces para uno mismo, organizar un plan de estudio acorde a dichas preferencias, y mantener la disciplina necesaria para sostener un enfoque coherente, flexible y dirigido a metas concretas de progreso basadas en la eficiencia didáctica.
La siguiente distribución de métodos y recursos para el desarrollo educativo en ajedrez se ofrece como una referencia básica de cual enfoque resulta más o menos útil para el lector.
3. MÉTODO
"No se debe conservar en la mente: nombres, números, situaciones aisladas, ni tan siquiera resultados, pero sí solo métodos. El método es flexible y se puede aplicar en cada situación. En cambio el resultado, el incidente aislado, es rígido, porque está sujeto a condiciones enteramente subjetivas. Los métodos producen numerosos resultados; unos pocos de estos permanecen en la memoria, y mientras se conserven pocos, son útiles para ilustrar y mantener vivas las reglas que producen múltiples resultados."
En mi opinión, poco más puede agregarse a este razonamiento de Emanuel Lasker para comprender la importancia de contar con un método estable, no sólo en ajedrez, sino en cualquier campo del conocimiento que requiera variedad de enfoques de aprendizaje. El propósito fundamental de implementar un método es, como puede inferirse de la referencia bibliográfica previa, reducir a lo mínimo cualquier acumulación inerte de información puramente circunstancial e incrementar sensiblemente la percepción intuitiva de los hechos estudiados.
Igualmente que con el enfoque, para lograr un desempeño correcto en cada matiz conceptual y técnico del juego, el conocimiento de uno mismo es necesario a fin de considerar los planteamientos metódicos a los cuales se tenga mejor afinidad y cultivar desde aquellos procesos la teoría básica inherente a su actividad.
Una estructura razonable para implementar en tu método es la siguiente:
- Definir un objetivo de entrenamiento (Estudio de apertura, mitad o final del juego).
- Implementar recursos de aprendizaje (Bibliografía, cursos multimedia, apps digitales).
- Jugar una serie de partidas aplicando las ideas clave investigadas en tus sesiones de estudio.
- Trabajar en la técnica de análisis enfatizando la corrección de errores y optimización del sistema de pensamiento (Mediante análisis del juego propio y de los maestros del juego, u resolución de problemas).
- Llevar un diario de entrenamiento para sintetizar tus resultados en bucles de retroalimentación, estableciendo intervalos de descanso y entrenamiento para renovar tu programa de aprendizaje y asimilar los conocimientos estudiados a través de una revisión esporádica de las ideas clave registradas en él.
Para estudiar un sistema general de como abarcar el ajedrez metódicamente por sesiones de juego y análisis, puedes considerar el esquema de entrenamiento que uso para organizar mi propia rutina de aprendizaje. Ahora, si lo que realmente quieres es garantizar óptimos resultados en tu propio método, no puedes omitir el próximo elemento...
4. CONSISTENCIA
Siendo francos, nada que pueda considerarse un logro significante se ha logrado sin motivación y disciplina. La consistencia, en este caso, es un matiz imparcial de criterio que puede ayudarnos a enfatizar la concentración aplicada en nuestros planteamientos metódicos y desestimar las expectativas irrealistas de resultados inmediatos, a la vez que se trabaja en la disciplina y motivación paralelamente con nuestro desempeño presente, de modo que cualquier objetivo establecido conste de métricas y parámetros de optimización o registro sobre los que realizar un trabajo de contraste (por intervalos de fechas, comentarios y conceptos del juego que se vayan abarcando) a fin de agudizar su percepción práctica del mismo.
“Se trabaja por un largo periodo y no aparecen resultados, pero en algún instante todo adquiere sentido y empiezas a jugar mejor o ganar más confianza.”
- Fabiano Caruana
La consistencia está relacionada también a nuestra gestión del tiempo, ya que organizar un programa de entrenamiento es algo dependiente del horario y calendario personal de actividades, lo cual añade un cierto nivel de compromiso… pero si verdaderamente uno gusta del ajedrez, seguramente podrá también jugar al tetris cronológico e implementar algunas horas que dedicar al ajedrez entre semanas. Lo importante aquí está en la perseverancia y el equilibrio. Como decía Wilhem Steinitz, mejor que estudiar 10 horas una vez en la semana es dedicar al ajedrez una hora de estudio diario.
Personalmente lo que mejor funciona para mí, al momento de redactar esta entrada, es un programa de 27 horas distribuidas en 2 semanas, ilustrado a continuación:
Pero debo mencionar que al tratarse de un ejemplo específico, no puedo recomendar a nadie usar esta misma rutina, ya que algunas personas pueden requerir más o menos horas de actividad para desarrollar un aprendizaje constante en ajedrez y los requisitos temáticos de entrenamiento podrían variar de acuerdo a su experiencia individual. En mi caso, no sólo se trata de decir algo como “bueno, me aferraré a este horario y a ver qué pasa…” Con frecuencia, debido a otras ocupaciones, no entreno a la misma hora cada día, por lo que a veces desarrollo mis sesiones en la mañana, tarde o noche según lo permita mi disponibilidad, pero siempre con la idea de aplicar las actividades de entrenamiento distribuidas en los días que corresponden.
Otra cosa, es que tras completar un programa de entrenamiento como el de la ilustración anterior, si considero que me siento algo sobrecargado intelectual y emocionalmente por el ajedrez, puedo dejar en pausa todo lo relacionado con el juego, por ejemplo, una semana, en la que permito a mis pensamientos organizarse y estabilizarse, e incluso replantear si necesito añadir o quitar algo a mi programa en las semanas posteriores, para luego resumir las actividades ajedrecísticas con la agilidad mental adecuada.
Pero en todo caso, confío en que esta referencia de cómo planificar un programa consistente para estudiar y jugar ajedrez moderadamente pueda ser de utilidad instructiva… si ya tienes los rudimentos, el enfoque y el método, considera de qué modo integrar esos elementos a tu régimen de entrenamiento individual de manera consistente (a qué ritmos de tiempo jugar, qué partidas analizar, qué patrones añadir al repertorio, qué recursos emplear, etc.).
5. DIVERSIÓN
En términos generales, la diversión del ajedrez proviene de un enfoque que integra armónicamente estudio y práctica, a parte de diversos otros factores relativos, en su metodología de desarrollo didáctico.
Al respecto, hay una interesante anécdota de Viswanathan Anand que me viene a la mente… Esta dice así, que durante su juventud él quería ser jugador de tenis, pero se sintió decepcionado cuando todo lo que su entrenador proponía cómo actividad eran lances y nada de juego práctico.
Puede ser que su mentor se haya enfocado demasiado en los rudimentos de la técnica que desestimó la importancia del aprendizaje activo desarrollado en la pura práctica y el desempeño natural de su estudiante, pues aquello aburrió tanto a Anand que decidió en vez dedicarse al ajedrez, dónde podía jugar siempre que quisiera. Pero esta decisión de Anand, a fin de cuentas, tampoco parece que haber sido errónea, ¡porque llegó a campeón mundial en el juego que pudo amar! Sirviendo incluso como ejemplo de que muchas veces las propias convicciones son más valiosas que la influencia de maestros o "expertos" con poca o nula educación pedagógica o la motivación de ver crecer a los demás en su aptitud natural. Al respecto de lo cual poco puede hacerse más allá de intentar superarse uno mismo, evitando compararse a otros en pro de realizar un trabajo consciente y gratificante, según la plenitud y el disfrute que toda actividad naturalmente afín al practicante debería representar.
Definitivamente, la moraleja de esta historia es que si un enfoque de aprendizaje no es apasionante, uno mismo debería intentar hallar el modo correcto para desarrollar su pasión creativa según el pragmatismo clave que alimenta la llama del interés por aprender. Considerando que para dominar lo básico de un cierto conocimiento se requiere mucha práctica, sí, pero no más de lo que no sea entretenido y saludable. También es vital ejercitar la creatividad mediante práctica deliberada.
“Nadie jamás aprendió el arte del ajedrez puramente leyendo libros. Así como uno debe sumergirse en el agua para aprender a nadar. A fin de aprender el ajedrez, uno debe jugar ajedrez.”
- Grigory Levenfish
Siendo el ajedrez una actividad intelectualmente demandante, la diversión que proviene de jugarlo y estudiarlo es directamente proporcional a la labor creativa que se plantea en sus sutilezas prácticas. De modo que si en algún momento nos parece aburrido abarcar las sesiones de entrenamiento, esto posiblemente se debe a dos cosas. Primero, el entusiasmo por el juego se ha disipado porque nos hallamos realizando constante y acríticamente las mismas cosas… para lo cual es indispensable diversificar los ejercicios que resolvemos, los controles de reloj que usamos y los temas posicionales que desarrollamos de analizar las partidas magistrales que estudiemos. Y segundo, es posible que simplemente podamos estar algo exhaustos después de una jornada de trabajo y estudio seguido, lo cual disipa nuestro enfoque para concentrarnos en el entrenamiento. Se puede asumir que, de ser este el caso, es importante reconocer cuando es necesario descansar del juego y no sobrecargarse queriendo abarcar más horas de las que sean saludables para mantener el enfoque y la estabilidad personal adecuada.
En fin, La diversión en el ajedrez es algo que surge de su carácter profundamente multifacético: es al mismo tiempo desafío intelectual, ejercicio creativo, exploración estratégica y espejo de la propia mente. Cada partida encierra un microcosmos donde la lógica, la belleza y la emoción coexisten, y cada sesión de estudio abre puertas a nuevas formas de comprensión y autoexigencia. En este sentido, la principal fuente de diversión en el ajedrez viene del perfecto balance entre 50% de juego y 50% de estudio en nuestro entrenamiento: es en esa alternancia entre la práctica viva y la reflexión profunda donde el juego revela su esencia más gratificante. Jugar sin estudiar puede ser entretenimiento vacío; estudiar sin jugar, teoría sin cuerpo. Pero cuando ambos polos se integran con equilibrio, el ajedrez se transforma en una experiencia lúdica, formativa y plena en la que imperan la creatividad, el racionalismo y el pragmatismo.
"Evita las muchedumbres. Desarrolla tu propio pensamiento independiente. Sé el jugador de ajedrez, no la pieza de ajedrez."
- Ralph Charell
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