Uno de los pilares fundamentales de la intuición ajedrecística es el desarrollo del flujo de pensamiento pragmático según técnicas, esquemas y principios de juego fácilmente aplicables a cualquier situación.
Dado que la mayoría de posiciones en ajedrez requieren breves maniobras de no más de 2 o 3 movimientos afines al logro de objetivos estratégicos precisos, los casos en que se considera necesario elaborar planes globales de juego son más bien raros y correspondientes a criterios posicionales específicos en vez de planes genéricos o maniobras típicas, pero siempre es posible implementar matices de pensamiento flexibles que favorezcan nuestra selección, ejecución y revaloración de los movimientos.
Los ejemplos abundan en la práctica, por lo que nos limitaremos a conocer las ideas fundamentales en cada uno de estos principios, a fin de estimular creativamente nuestros razonamientos estratégicos y evitar sobrecargar nuestra memoria innecesariamente, como se describen a continuación:
1. Proporción
Su plan debe ser consecuente con los matices estratégicos de la posición. La selección y el cálculo de jugadas no ha de realizarse basados en valoraciones exhaustivas de la posicion final aproximada, sino de acuerdo al criterio de si su posición ha mejorado u empeorado.
2. Economía
En el ataque se tiene que invertir el máximo gasto de fuerza. En la defensa, es al contrario, debe aplicarse un mínimo gasto de fuerza.
3. Contraste y Reducción
Es a menudo suficiente con asegurarse que su jugada es lógica, prometedora, y no fácilmente refutable. O sea, que instintivamente 'pinta bien' y es superior a cualquier otro movimiento posible a su disposición, no teniendo nada mejor a lo que apostar.
4. Ruta de Contingencia
En situaciones críticas (de poco tiempo en el reloj, o en posición totalmente defensiva), lo mejor es prescindir de la visualización extensiva de variantes, en caso de reconocer durante sus procesos analíticos que pueda lograrse a lo mínimo tablas, y que hayan además oportunidades tácticas no menos prometedoras para jugar por la iniciativa.
5. Gestión del Tiempo
Es factible usar más tiempo en elegir una jugada sólo cuando es indiscutible que la situación tiene una solución exacta, que la decisión a efectuarse influirá en el resto del juego u que no se advierte al instante una continuación lógica razonable. Caso contrario, basta comprobar con exactitud las pequeñas variantes necesarias, empeñándose en valorar sensiblemente los recursos tácticos preponderantes de la posición sobre los que justificar sus movimientos.
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